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Homenaje al buzo del Pisuerga en la IV edición de Craftinnova 2023

En esta edición desarrollaremos una actividad que hemos bautizado con el nombre de «creación colaborativa».

El proyecto consiste en construir un prototipo de escultura gracias al modelado digital y la fabricación entre distintas entidades, que rinde homenaje al «Buzo del Pisuerga», conocido por batir el récord de una hora bajo el agua en 1602.
 

Coordinan: Juan Villa (Prometheo Escultura) y Guillermo Quiroga (KIROLAB 3D)

Una inmersión para la historia:

HOMENAJE AL BUZO DEL PISUERGA

por Nicolás García Tapia

JERÓNIMO DE AYANZ Y BEAUMONT

Jerónimo de Ayanz nació en 1553 en el señorío de Guenduláin, próximo a Pamplona, en el seno de una familia noble navarra. Pasó a los catorce años a la corte de Felipe II como paje, desarrollando luego una extraordinaria carrera militar en las que adquirió gran fama por su valor y asombrosa fortaleza, que le valió el título de “Hércules español”.

Caballero de la Orden de Malta, llegó a ser Comendador, regidor perpetuo de Murcia, gobernador de Martos y administrador general de las minas del Reino de España.

Además de gran inventor, destacó en campos artísticos. Fue pintor, músico, cantor y compositor admirado en la corte, no sólo por eso, sino también por su genio para la diplomacia, su habilidad en torneos de toros y un sinfín de actividades.

EL LABORATORIO DE AYANZ

En 1601 la corte de Felipe III se trasladó a Valladolid y Jerónimo de Ayanz, como miembro destacado de la misma, hubo de instalarse en la nueva capital. Aquí vivió en varias casas, pero su labor de invención se desarrolló en unos laboratorios que tenía alquilados en la calle de la Cadena del barrio de San Andrés.

En estos talleres, trabajaron bajo las órdenes del inventor, varios artesanos y expertos forman- do un equipo que logró la realización de las grandes invenciones ideadas por Ayanz.

En 1602 estas invenciones fueron inspeccionadas por dos científicos de la época, Juan Arias de Loyola y Julián Ferrufino, quienes quedaron maravillados por lo que vieron.

Allí estaban desde los más sensibles y delicados instrumentos científicos, hasta novedosos tipos de hornos, calderas, destiladores, bombas hidráulicas y molinos eólicos que ahora parecerían actuales.

El vapor, novedad increíble para la época, hacía elevar el agua o impulsar el aire, por medio de un eyector de vapor, para refrescar una habitación, como el actual aire acondicionado.

Había también unos equipos de buceo que, al no poderse probar allí, se aplazaron para una ocasión en que pudieran verse por el rey y la Corte en el río Pisuerga.

ÉXITO DEL PRIMER EQUIPO DE BUCEO DEL MUNDO CON RENOVACIÓN DE AIRE

El 2 de agosto de 1602, ante el rey y su corte, que habían llegado en la galera real a la orilla del jardín de Don Antonio de Toledo en la Huerta del Rey y ante la gran expectación de la gente que allí se había reunido, se sumergió un buzo convenientemente dotado de uno de los equipos de buceo inventados por Ayanz.


Desde una barcaza se insuflaba el aire por medio de unos grandes fuelles y estuvo bajo el agua del Pisuerga hasta que al cabo de una hora el rey le mandó salir, aunque el buzo respondió “que no quería salir tan presto porque se hallaba bien”, pero el rey insistió para que subiera a la superficie.

El buzo manifestó “que podía estar debajo del agua todo el tiempo que pudiese sufrir y sus- tentar la frialdad de ella y la hambre”.


Jerónimo de Ayanz obtuvo la patente de ésta, junto con más de cincuenta invenciones, entre las que se hallaban las que habían visto y elogiado los científicos que habían visitado el taller de Ayanz.

El rey no apoyó económicamente al trabajo de Ayanz, pero éste siguió invirtiendo con sus propios recursos en las empresas que había creado para aplicar estas máquinas, que hubieran supuesto la revolución industrial que al final tuvo lugar en Inglaterra y no en España.

La muerte de este genial inventor en 1613, hizo que todo este avance se olvidara y apenas quedó un soneto que le dedicó Lope de Vega que, sin embargo, no recogía lo esencial que eran sus grandes invenciones:

Tú sola peregrina no te humillas

¡o muerte! a Don Jerónimo de Alianza tu flecha opones a su espada y lanza

y a sus dedos de bronce tus costillas

Flandes te diga, en campo, en muro, en villas cual español tan alta fama alcanza

Luchar con él es vana confianza

que hará de tu guadaña lechuguillas Espera: arrancará por desengaños las fuertes rejas de la cárcel fría

mas ¡ay! cayó, venciste, son engaños pues Muerte, no fue mucha valentía si has tomado en vencerle sesenta años quitándoles las fuerzas cada día.

asociacion cultural amigos del pisuerga